jueves, 22 de noviembre de 2012

Sin iniciativa la Iniciativa Privada de Jalisco


Todo indica que la llamada Iniciativa Privada de Jalisco se ha quedado sin iniciativa. Esto se refleja claramente en el número de empresas jaliscienses que cotizan en la Bolsa Mexicana de Valores, que son apenas siete contra 17 de Monterrey (seis de las cuales ingresaron recientemente al mercado bursátil).
Esto ocurre en Jalisco, a pesar de las evidentes ventajas que representa la participación en la Bolsa: Facilidad de financiamiento, mayor liquidez, profesionalización de la administración de la empresa, mejora de la imagen y prestigio, diversificación del riesgo entre los poseedores de las acciones, y por ende, mayor oportunidad de crecimiento, entre las principales.
Grupo de Embotelladores Unidos (Geopec), Grupo Simec, Grupo Aeroportuario del Pacífico (GAP), Corporativo Fragua, Megacable Holdings (Mega), Convertidora Industrial (Conver) e Hilasal Mexicana (Hilasal) son las empresas de Jalisco que hasta ahora participan en el mercado accionario.
Los activos de estas siete compañías suman 113 mil 148 millones de pesos, que representan 2.55 por ciento del total de los activos de las 104 emisoras de la Bolsa Mexicana de Valores.
Resalta, sin embargo, su alta contribución en la generación de empleos, ya que durante el segundo semestre del año pasado y el primero del presente, crearon cuatro mil 800 nuevos puestos de trabajo, destacando en este rubro Farmacias Guadalajara y Megacable.
La primera empresa jalisciense colocada en el mercado bursátil fue Geopec, el 9 de septiembre de 1985, en tanto que la más reciente, GAP, ingresó el 11 de julio de 2007.
En el pasado hubo varios intentos de empresas jaliscienses que buscaron financiamiento por este conducto, como fue el caso de Calzado Canadá y del Grupo Urrea, pero nunca se decidieron a cotizar.
Claro está que no es tan sencillo el paso de una empresa particular y familiar a una pública; las que lo han logrado ha sido a través de un proceso prolongado y difícil, ya que para ello se requiere, aparte de una alta cultura empresarial, romper atavismos y transparentar la administración del negocio, no a la manera del dueño, sino como solicita la Bolsa.
Lo curioso es que ni siquiera la reciente formalización de operaciones del mercado accionario para la Mediana Empresa Mexicana, que abre nuevas oportunidades de ingreso a la Bolsa para las medianas compañías, ha sido estímulo suficiente para que los jaliscienses se animen a modernizar sus negocios. No cabe duda que la baja moral que domina al sector público ha contaminado también al privado.


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