martes, 18 de diciembre de 2012

Da lástima y vergüenza el Congreso de Jalisco


Mural a la entrada del recinto legislativo del Congreso del Estado. 

Sin precedente histórico la corrupción y el desprestigio del Congreso del Estado de Jalisco, convertido durante las dos últimas legislaturas en botín de gandallas. Tal es el desorden imperante que los nuevos diputados no hallan la manera de corregirlo y seguramente no la encontrarán si, igual que sus antecesores, continúan siendo incondicionales de sus respectivos partidos y no de la gente que los eligió en las urnas.
Lo que sucede en el Congreso local no es más que una muestra del ruinoso estado en que se encuentra la moral pública en México.
Entre las muchas definiciones de moral pública, todas ellas coincidentes, figura la siguiente: Conjunto de condiciones de la vida social que hacen posible tanto a la comunidad como a cada uno de sus miembros el logro más fácil de su propia perfección.
A través de su historia, México ha tenido notables altibajos en su moral pública. Los niveles más altos se alcanzaron obviamente en las épocas correspondientes a los tres grandes movimientos sociales que dieron perfil a la nación: Independencia en 1810, Reforma en 1857 y Revolución en 1910.
En este momento nuestro país atraviesa por uno de sus más bajos niveles de moral pública de su historia, ¿por qué?, porque no hay congruencia entre lo que postulan los políticos y lo que en realidad hacen, todo lo contrario a lo que ocurría en las épocas de referencia.
Hay un abismo entre los lemas de los partidos políticos del país y lo que éstos ejecutan a través de los congresos federal y locales, en los ayuntamientos y en otras muchas esferas del gobierno, donde impera la corrupción, la injusticia y la impunidad.
En el caso del PRI, su lema es “Democracia y justicia social”, ¿pero sus legisladores en México y en Jalisco han sido realmente respetuosos de este principio al aprobar una Reforma Laboral contraria a la transparencia y democracia sindical, además de mantener hundido en la peor corrupción de su historia al Congreso del Estado?
A su vez, el PAN dice luchar “Por una patria ordenada y generosa”, ¿pero deveras creen los legisladores panistas federales y locales que han promovido el orden y progreso de la República con su voluble actuación en las Cámaras y la pasividad demostrada ante graves casos de corrupción e ineficiencia en distintas dependencias?
Por su parte, el PRD postula “Democracia ya, patria para todos”. Si bien sus legisladores respaldaron la iniciativa de democracia sindical en el Congreso federal, ¿qué han hecho para dignificar el Congreso de Jalisco?, ¿no son acaso promotores y cómplices del beneficio personal que ahí impera?, ¿a eso le llaman patria para todos?
Flota en el ambiente la urgencia de una nueva revolución, una revolución moral que genere cambios fundamentales en la vida pública, donde la democracia sea efectiva en todos los ámbitos, que en realidad impere la justicia y el orden y que la patria sea verdaderamente generosa para todos, no sólo para unos cuantos gandallas.

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