miércoles, 5 de junio de 2013

Ladrones y, para colmo, cínicos

Presumiendo su Ferrari.

   Se atribuye al presidente mexicano Sebastián Lerdo de Tejada (1823-1889) la frase aquélla de que “el poder viene con el dinero y el dinero viene con el poder”, lo que claramente significa que para llegar a gobernar se necesita dinero, pero una vez en el gobierno el dinero llega solo, aún sin buscarlo.
   En la anterior entrega comenté aquí que la corrupción goza en México de una sólida tradición fundada durante la época colonial, pero muy bien abonada y cultivada después de la Independencia, durante el siglo XIX, en el porfiriato y más aún en la Revolución, hasta nuestros días.

Hoy roban y hasta presumen

   Los políticos corruptos casi siempre ostentaron sus mal habidas riquezas, pero da la impresión de que cada día se descaran más. Hoy día un funcionario público no sólo se conforma con robar, sino que lo presume a los cuatro vientos al exhibir lujosas residencias, automóviles, guardarropas y un opulento estilo de vida, imposible de lograr con su sueldo oficial.
   Claro está que hace 30, 40 o 50 años muchos funcionarios también robaron todo lo que pudieron, pero da la impresión de que entonces eran más discretos, más cuidadosos con las formas, por lo menos con la cuestión legal, porque además, al que agarraban in fraganti lo obligaban a renunciar a su cargo, bajo la amenaza, raras veces cumplida, de meterlo a la cárcel.

Hay denuncias precisas, pero no pasa nada

   Actualmente hay denuncias precisas contra funcionarios que durante los últimos años se enriquecieron en el ejercicio del poder, incluso hay seis exgobernadores en capilla (y los que faltan...), pero no pasa nada; difícilmente pisarán la cárcel, porque además les sobra dinero para defenderse con todas las argucias legales habidas y por haber.
   Hay que advertir que si la exlideresa magisterial Elba Esther Gordillo se encuentra hoy tras las rejas, esto no se debe precisamente al desvío de miles de millones de pesos de su sindicato, sino a sus graves errores políticos, entre los que destaca haberse peleado ni más ni menos con quien manda en este país. Pecado capital.
   En conclusión, si en la actualidad hay en México políticos y exfuncionarios que ostentan sus mal habidas riquezas, es porque saben que no les pasa nada.
    ¡Jamás se había visto tanta impunidad!
   Imagen: http://www.excelsior.com.mx/nacional/2013/06/05/902574
    Va el enlace del anterior artículo sobre corrupción:
http://mediosiglodeperiodista.blogspot.mx/2013/05/la-corrupcion-cancer-nacional.html

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