Redacción de "El Informador" hace 50 años.
Con la
aparición del llamado “periodismo ciudadano” que se ha venido practicando a
través de Internet, sobre todo en blogs y redes sociales, el tema de actualidad
que se discute en diferentes foros es si el periodismo como profesión está en
riesgo de desaparecer, o si por lo contrario, inaugura una época de renovación
y fortaleza.
En lo
particular me inclino por lo segundo, no porque haya dedicado la mayor parte de
mi vida al periodismo tradicional, sino porque existen elementos suficientes
para demostrar que no hay tal “periodismo ciudadano”, sino una apertura sin
precedentes para que el público en general participe en las tareas de
comunicación, lo cual es muy diferente.
Cambian las formas de comunicar, no
los principios
Como ya lo
señalaba en anterior comentario, gracias a la tecnología han cambiado las
formas de comunicación, pero no la ética ni los demás principios en que debe sustentarse la misma, recursos que sólo puede manejar de manera profesional quien con
verdadera vocación y en forma específica se ha preparado para ello. Hoy como
ayer el periodista no se improvisa.
¿Qué ha
sucedido? Que al cambiar radicalmente el antiguo esquema de comunicación
emisor-receptor, según el cual el emisor monopolizaba la información sin que el
receptor pudiera, muchas veces, responder a esos mensajes, ahora cualquiera
puede convertirse en emisor de sus propios contenidos en una interacción casi
instantánea, personal y dinámica con el receptor, jamás vista.
El periodista, capacitado para manejar información
En todo
caso, al ampliarse considerablemente las fuentes de información, con la
participación directa del público, el periodismo se vuelve más democrático: la audiencia multiplica su función de aportar datos, opiniones, imágenes, sobre
cualquier acontecimiento, pero es el periodista quien está capacitado para
darle a esa información la dimensión adecuada, no en función de intereses particulares,
sino del interés público.
Verificar
“fuentes”, contextualizar y contrastar informaciones, estar actualizado, analizar datos, mantener
la objetividad y comunicar adecuadamente a través de los diferentes géneros
periodísticos, como son noticia, entrevista, crónica, reportaje, artículo de
fondo, etcétera, según el caso, son conocimientos y habilidades que hacen el oficio del periodista, y éste
no se aprende de la noche a la mañana, se requieren muchos años de arduo
aprendizaje.
Una cosa es abordar con propiedad un tema especializado o expresar una opinión, y otra muy distinta creer que se puede hacer periodismo auténtico sólo porque se dispone de un blog o de una red social (Facebook, Twitter, Linkedin, etcétera).
El periodismo impreso a la baja, el
digital a la alta
Entre las
consecuencias que ha traído la comunicación por Internet destaca la crisis del
periodismo impreso, que nació y creció gracias al desarrollo de la imprenta, no
de la cibernética. Por ello han visto reducidos sus ingresos publicitarios y
por venta de ejemplares la mayoría de los periódicos del mundo, que
necesariamente han tenido que despedir a buena parte de su personal.
Sin embargo,
contrariamente a la crisis de los medios de comunicación tradicionales, florece
el periodismo digital o cibernético, que se alimenta, más que ningún otro, de
la participación social. De esta manera, puede sostenerse que el periodismo como
profesión no sólo no está en peligro de desaparecer, sino todo lo contrario, porque al evolucionar y
adaptarse a las nuevas formas de comunicación, resultará altamente fortalecido.
Imagen: 90 Años de Jalisco en El Informador (2007).
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