Niñas de la etnia wixárica.
El estimado comunicador y amigo Eduardo (Lalo)
Corona Santana tiene desde hace muchos años la feliz costumbre de enviar a sus
amistades una reflexión alusiva a la fecha conmemorativa del momento, llámese
Navidad, Año Nuevo, Día de la Madre, etcétera. Hoy recibí de él un bello mensaje
sobre el Día del Niño, que no resisto la tentación de compartirlo con mis amables
lectores:
Qué dicha ser y sentirse niño. Con
ese corazón generoso y la inocencia a flor de piel. Con esa sonrisa
encantadora. Con esos ojos de ternura y compasión. Con esa ilusión de crear un
mundo lleno de paz, de justicia, de amor. Vivan los niños del mundo. Que
perdure en ellos esa alegría, esa risa, esa fantasía de ser los custodios del
medio ambiente. De ser el corazón del hogar y la unión familiar. Aún para ir al
cielo, hay que hacerse uno como niño porque en ellos no existe maldad, egoísmo,
injusticia, resentimiento, odio ni venganza.
Decimos amar a los niños y como
padres, tenemos la obligación de velar por ellos: por su salud, educación,
hogar, sus derechos. Pero, es muy triste y lamentable saber que aquí en nuestro
México, hay 15 millones de infantes en pobreza; que 4 millones de ellos están
desnutridos.
Lo que es peor, un 60% (9 millones)
son víctimas de violencia intrafamiliar (maltrato, golpes, explotación), aún
por sus propios padres, parientes o familiares. Que cada 24 horas, 2.5 niños
son abusados sexualmente, dejando en ellos severos traumas psicológicos.
A nivel nacional, se tiene registro
de que un millón de inocentes pequeños son llevados a trabajar como jornaleros
para ganarse el pan de cada día, o bien, para ser explotados por adultos sin
escrúpulos que los utilizan.
De los 236 mil discapacitados que hay
en el país, 29 mil viven en Jalisco, razón por la que requieren tratamiento
especial, cuidados, afecto, aprecio y cariño.
Y de los 2.3 millones de niños que
existen en nuestra entidad, hay 106 hombres por cada 100 mujeres.
La tarea no es fácil y es mucho lo
que hay que trabajar para evitar el rechazo que se da sobre todo en las
escuelas, la agresión física y psicológica, donde el niño, desnudo de malicia,
es víctima.
La sociedad entera debe ser más
sensible a las necesidades de los niños y es en el hogar donde se edifica ese
mundo de cristal, transparente, donde deben reflejarse siempre los valores de
amistad, respeto, cariño y amor para con todos los pequeños y así poder aspirar
un día al mundo ideal y real.
FELICIDADES
Abril 30 de 2013
Eduardo Corona Santana
Imagen de archivo.
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